Numerosas aves antropófagas consagradas
a Ares, provistas de pico, alas y garras de bronce, tras ser asustadas por los
lobos del Barranco de los Lobos, fueron a parar al Pantano de Estínfalo. Allí
revoloteaban y atacaban a hombres y animales para matarlos lanzando sus plumas
de bronce, y destrozaban las cosechas arrojando excrementos venenosos. Así
pues, Euristeo encomendó a Hércules como sexto trabajo que las expulsara de
allí.
Eran tan numerosas que, cuando Hércules
llegó al Pantano, no se veía capaz de espantarlas a todas con su flechas.
A ello se le añadía que el lugar parecía no ser suficientemente sólido como
para que un hombre pudiese caminar por allí ni suficientemente líquido como
para atravesarlo mediante algún tipo de embarcación.
Entretanto, apareció la diosa Atenea
para entregarle unos címbalos de bronce que Hefesto había forjado. Hércules se
dispuso a tocarlos desde una ramificación del monte Cilene, lugar desde el cual
le era posible ver todo el pantano. El estruendo fue tal que las aves se
atemorizaron y en gran bandada alzaron el vuelo hacia la isla de Ares, situada
en el mar negro. Allí sería donde más tarde los argonautas encontrarían de
nuevo a estas aves y varias fuentes nos dicen que Hércules iba con ellos y que
mató a muchas más.
Cuando Hércules regresó, se encontró
con que alrededor del palacio de Euristeo revoloteaban varios de estos pájaros
y que por ello Euristeo se encontraba refugiado: Hércules hizo sonar los
címbalos y los espantó.
Actividades:
1. ¿Qué dificultad
encuentra Hércules al principio para acabar con las aves?
2. ¿Qué divinidad ayuda
a Hércules a acabar con las aves de Estínfalo? ¿Qué le ofrece?
3. Busca información
sobre las divinidades que se nombran y explica un poco sus características,
atribuciones, etc.
4. ¿Sabes algo sobre los
argonautas a quienes también nos hemos referido en la narración de este sexto
trabajo? Cuéntanos lo que sepas. Y, si todavía no sabes nada, trata de
averiguar cosas sobre ellos.
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